En los últimos meses, el centro de la ciudad de Barcelona se está nutriendo de un tipo de mercados muy diversos y dinámicos, que mezclan la venta de productos (ropa, libros, artesanía), gastronomía y arte.
Son espacios en los que se pretende llegar a un público que busca últimas tendencias de autores, creadores, productores nóveles o desconocidos, música en directo, nuevos conceptos gastronómicos y otras iniciativas que ofrecen a la ciudad un espacio de intercambio y colaborativo.
Hay muchos más como el Fleadonia, Palo Alto Market, entre otros, y lo que la mayoría de ellos comparten es la nueva moda gastronómica del Street Food que bien puede ser con las carpas de toda la vida o con la nueva moda de las caravanas, furgonetas y motos adaptadas como espacios gastronómicos.
Este fin de semana pasado también se celebró, en el marco de la fiesta de la cultura marítima, el Van Van Market: una concentración de vehículos vintage que ofrecen gastronomía delicatessen para llevar. El evento se concentró al final de la Rambla, en el Moll de la Fusta, y aunque empezó lluvioso, consiguió reunir una buena concentración de gente de la ciudad, y turistas. Como habitante de la Rambla, me parece una gran iniciativa pues atrae al centro a los ciudadanos y para los turistas tiene un atractivo fugaz: pican algo pero no se quedan pues tienen mucho de ver! Pudimos degustar platos curiosos, disfrutar del mar y del puerto, y aprender de la cultura marítima que tanto caracteriza nuestra Barcelona. Esperemos que se repita pues realmente es un buen reclamo para atraer a los barceloneses al centro de la ciudad sin sentirse invadidos por las avalanchas de turismo que nos rodean.
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